Título: El camino de Sherlock
Autora: Andrea Ferrari
Ilustrador: Carlus Rodríguez
Editorial: Alfaguara
Una novela dinámica, divertida y con mucho suspenso. Me encantó la voz del protagonista-narrador, Francisco (alias Sherlok) y la vuelta de tuerca para mostrar que las diferencias –incluso esas que tienen buena prensa y consideramos «dones»– nunca son fáciles.
Todo cabe en este libro: las expectativas de los padres, la presión sobre los hijos, la amistad que se intenta forzar y la que llega más naturalmente, la incoherencia de una maestra (que pone excelente en el cuaderno pero manda una nota a casa), las falencias de un sistema educativo que no sabe qué hacer con el alumno que no encaja en la media, la competencia descarnada y por lo mismo cruel, los problemas de autoestima (por defecto y por exceso) y la ingenuidad (que nada tiene que ver con la inteligencia).
Intertextual (maravilloso el diálogo que se establece con la obra de Conan Doyle) y creativa. A diferencia de otros detectives de moda en LIJ (o mejor dicho, algunos estereotipos que se repiten hasta el hartazgo) Francisco termina involucrándose con un verdadero criminal. La noción de «peligro» y el verosímil realista enmarcan la obra en el policial tradicional sin dejar de dirigirse, por ello, a los chicos. Me gustó mucho además el estilo de la autora; la erudición del personaje le dio la oportunidad de ofrecer una prosa un poco más compleja y poética de lo que permite generalmente el punto de vista infantil.
La recomiendo para niños mayores de 10, aunque Alfaguara sugiere que sea leída desde de los 12.
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