Olor a equipo

Abajo, en la plaza, está el que espera por curiosidad. El que quiere tener una historia que contar por el resto de su vida. El que reza por devoción y el que no tiene ninguna expectativa. Está el que cree en Dios y el que desconfía. El que lleva abrigo y el que está con hambre. El que teme. El que llora. El que está feliz y el que está cansado. Todos están allí, mirando el cielo. Y esperando. 

Título: Francisco, el iluminado

Autores: Sol Silvestre y Damián Zain

Editorial: Artemisa

Solo tapa

Cuando acepté hacer este libro sabía que me estaba metiendo en un terreno fangoso. Sabía que la mitad de mis conocidos (especialmente mis colegas) iban a mirarme, condescendientes, y peor: iban a sentirse satisfechos de corroborar que efectivamente soy una autora «menor», de esas que solo escriben cosas comerciales que no valen la pena.

Porque no voy a negar que la idea de hacer un libro así, basado en la popularísima figura de Francisco, es de lo más marketinera, lo que además comulga (como para usar una metáfora al tono) con el catálogo de la editorial donde prevalecen los colores, los brillos, los stickers, la venta directa  y la preocupación por vender más, antes que mejor (hay que decirlo).

Sabía todo esto pero me arriesgué, primero porque yo escribiría sobre la germinación del poroto si me lo pidieran (la cuestión es escribir) y segundo porque mi mamá estaría feliz, y mi mamá se merece el mundo entero.

No me imaginé, sinceramente, que iban a resultarme amenas las muchas horas de lectura (está claro que antes de empezar a escribir tuve que leer un montón sobre Bergoglio y sobre la Iglesia y sobre San Francisco de Asís) ni que iba a pegar la onda que pegué con Damián Zain, cuyo lindísimo trabajo está a la vista y puede verse más completo en este link.  No me imaginé tampoco que iba a contagiarme de la buena vibra que genera nuestro Papa, a pesar de saber que es un ser humano y tuvo y tendrá errores como todos. Más