Título: Pequeño dragón aprende a echar fuego
Autora: Graciela Perez Aguilar
Ilustradora: Natalia Colombo
Editorial: Edelvives
Colección: «Pequeletra»
Estoy trabajando en el escritorio, frente a la PC. Los chicos están en la pieza, silenciosos: leen. De pronto, la risa de Julián me llega desde allá y levanto la vista. No fue una risa tímida sino una risotada, de esas que duran varios segundos y me hacen sentir una cosquilla adentro: qué lindo es escucharlos reír. Casi, creo, no existe otro sonido que me guste más.
Siento los pasitos viniendo hacia mí. Todavía, a los seis años, cada vez que algo lo angustia o lo divierte, viene corriendo a contarme. Trae uno de los libros que me envió Edelvives para reseñar. Es Pequeño Dragón. Otra vez Pequeño Dragón, porque el primero (aquel en el que el dragoncito aprendió a volar) hace rato que está en su biblioteca. Pequeño Dragón es suyo, y ya le avisó al hermano.
Julián está en primer grado y lee solo. Y cuando digo solo es solo, solo. Lee historietas y lee libros como los de «Pequeletra»: con letras mayúsculas y breves. Le encanta eso. Le gusta que yo le lea los libros más largos, claro, pero me doy cuenta de que también le gusta la lectura silenciosa, íntima y solitaria. Me doy cuenta de qué clase de lector será y me siento orgullosa. Y ahora viene con Pequeño Dragón en las manos y me muestra la página 7, riendo.
–¡Mirá, mamá! –me dice– ¿te diste cuenta? Más
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