Título: Inspector Martinuchi (el barroso caso del cuco Moscuco)
Autor: David Wapner
Ilustradora: Mónica Weiss
Editorial: Comunicarte
Colección: «Veinte escalones»
El inspector Martinuchi es delirante. Ridículo y exagerado. Algo imprevisible y paranoico. Eso: sobre todo paranoico. El inspector Martinuchi sería una delicia para cualquier psicólogo. Uno de esos locos lindos que sin duda causarían espanto en la vida real. Sin embargo, en ese mundo paralelo imaginario que vive dentro de los libros Martinuchi es un personaje adorable. De esos que se quedan en la retina por un tiempo, porque Martinuchi es muy visual. Muy esperpéntico. Escuchamos sus diálogos hilarantes, sus paradójicamente razonables sinsentidos, sus reflexiones disparatadas y vemos su bigote, sus anteojos, su inútil impermeable de frazada. Uno va leyendo y ve pasar las distintas acciones como una película. Como una obra de teatro. De hecho, Wapner, fiel a su trayectoria, nos regala un capítulo (el VIII) íntegramente escrito como una obra teatral. Más
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