Con luz propia

Título: El sol escondido

Autora: Carolina Tosi

Ilustradora: Carolina Pratto

Editorial: Edebé

elsolescondido

 

Hablar de las diferencias en LIJ no es nada fácil. Por más de una razón: por un lado, las campañas para crear consciencia que están llenas de buenas intenciones pero terminan volviendo invisible la cuestión de tanto repetir hasta el cansancio que todos somos distintos y hay que ser más empáticos y solidarios. Por otro lado, es muy difícil no «bajar línea».  Y esto de bajar línea para muchos promotores de lecturas y lijeros de moda se ha vuelto poco menos que un pecado mortal.

¿Si estoy de acuerdo con esta postura? Para nada. No me gustan los relatos con moralina y también me molestan los narradores o los personajes que levantan el dedo para darnos cátedra de esta o aquella cuestión. Pero no exageremos: los «valores» no son enemigos de la LIJ.  Nos perderíamos muchos libros maravillosos si así fuera. Basta con mencionar algunos ejemplos: Bilimbambudín, Solgo, El espejo africano nos enseñan cosas. Y pensándolo mejor, creo que en mi caso particular son precisamente esos libros, los que me interpelan y me generan algún tipo de reacción, los que yo prefiero. A mí me gustan los libros con valores. Los BUENOS libros con valores, claro.

Porque además de valores tienen que tener otras cosas (creo que en eso se resume la gran discusión: estamos llenos de libros con valores que ahí se agotan). El sol escondido tiene un bello mensaje, pero también hay más. Pasajes poéticos («El tiempo es como el viento de la Puna que aveces acaricia y otras sacude»), juegos con el lenguaje que extrañan la mirada para poner en evidencia que algunas cosas, como esconder las palabras, son más literales que metafóricas: ¿o no estamos de verdad perdidos cuando la voz no nos sale y callamos justo aquello que deberíamos gritar? Y hermosas, profundas, conmovedoras ilustraciones que hablan tanto como el texto, e incluso más. Basta con ver la imagen de tapa, a la hermosa Yuriana iluminada como si el sol le brillara desde adentro para espantar los grises del mundo que, indiferente, rara vez presta atención a la luz de «los otros».

 

Para mayores de 6, y hasta cualquier edad.

 

 

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